Hace dos semanas, llevé a una conejita porque orinaba sangre y me indicó que tenía que hacer una radiografía para verificar que no hubiera piedras, hasta ahí muy bien. Cuando hizo la radiografía yo no estaba presente, como es normal por evitar la irradiación. Luego sacó una muestra de orina pretando en la vejiga del animal para hacer un análisis. En todo lo que yo estuve presente no vi ningún mal gesto, pero cuando le hizo la radiografía yo no estuve presente.
Al llegar a casa y abrir el transportin para que saliese el animal, vimos cómo se le abría la pata derecha trasera y no apoyaba bien, tenia mucha dificultad para andar y entrar en la jaula, y como es normal nos asustamos. Cuándo la llamamos, directamente nos dijo que ella no había hecho nada, que eso podía ser de antes de haberla llevado, nosotros nos quedamos alucinados, el animal en casa estaba perfectamente a excepción de la orina con sangre. Ademas acababa de tenerla en la veterinaria, acababa de palparla y de manejarla con sus manos, le había hecho una radiografía y no aparecía nada en la placa. ¿Lo normal no sería cuando la llamamos, habernos dicho directamente que se la llevaramos para echar un vistazo a ver qué le pasaba? Pues se la llevamos, pero porque se lo dijimos nosotros, no porque lo dijese ella, que lo que insistía era que ella no le había hecho nada. Allí ella nos dijo que sería un tirón muscular. La conejita estuvo una semana sin salir de la jaula y llorando cada vez que nos acercábamos a ella.
Ayer fuimos a otra veterinaria, porque el animal sigue cojeando y tras una radiografía, hemos visto que tiene la pata desencajada de la cadera. Las soluciones pueden ser operar o dejar que haga callo porque son animales muy frágiles, e igual es preferible dejarla coja de por vida antes que operarla. Estamos esperando la llamada del traumatólogo de esta veterinaria para que nos de su valoracion
Comparto mi experiencia porque soy el primero que lee los comentarios de la gente cuando va a cualquier sitio, y con nosotros no acertó, no quiero decir que sea mala veterinaria, solo hemos ido una vez, y como pueden suponer, no iremos más.
Lo que sentimos es que prefería eximirse de cualquier responsabilidad antes que procurar el bienestar del animal, que para nosotros, aunque para algunos sea un simple conejillo, es importante.