Mi hijo le pidió una hoja de reclamaciones debido al trato que dio a nuestra gatita (entre otras cosas, la zarandeó de una patitA, en el aire, sacudiéndola, estando sedada, para que el chip se le colocara bien, según él es como hay q hacerlo) y, en lugar de darle la hoja de reclamaciones a mi hijo o disculparse, lo insultó a gritos. No hemos denunciado por agresión verbal por no liarla del todo, pero el veterinario reaccionó con una actitud verbalmente agresiva y su educación, como profesional, dejó mucho que desear.
